Alerta Morada nace en 2020 como una campaña de protesta en Chile, a raíz de la decisión de un tribunal de rechazar la solitud de prisión preventiva para Martín Pradena, un hombre acusado de drogar y violar a Antonia Barra. Luego de ese hecho, movimientos feministas de ese país deciden emitir una alerta morada para exigir justicia en este particular y en todos aquellos casos de violencia contra la mujer.
Alerta Morada, como protesta digital se extiende rápidamente por toda Latinoamérica, donde miles de voces se suman exigiendo justicia en todos los casos de femicidio y de otros tipos de violencia de género.
En Venezuela, la ONG Método Wom da fuerza a la alerta morada a través de las redes sociales, recogiendo testimonios de mujeres víctimas de acoso callejero, persecuciones e intentos de secuestros, y de cualquier otro acto de violencia contra las mujeres en el espacio público en el país. Los testimonios no solo han sido recogidos en Caracas, sino en otros estados de Venezuela. Registros de mujeres que han decidido denunciar en sus redes, que de manera formal ante las instituciones, como una especie de alerta de mujeres entre sí. Las mujeres admiten no querer denunciar los casos para no obtener respuestas inadecuadas por parte de los funcionarios o por creer que las autoridades no tomaran en serio las denuncias ni realizaran las investigaciones pertinentes.
A través de Alerta Morada se han ido visibilizando estas denuncias y se alerta a otras mujeres sobre los riesgos de sufrir estos tipos de violaciones en determinadas zonas. La intención, como han comentado desde la ONG Método Wom, no es aterrorizar a la población, sino prevenir y exigir a las autoridades políticas públicas adecuadas.
ZONAS DE ALERTA
De las denuncias realizadas a través de redes sociales, las zonas de mayor acoso, persecuciones e intentos de secuestro contra las mujeres, son:
Altamira, Chacao, El Paraíso, Caricuao, Chacaíto, Sabana Grande, Los Dos Caminos, La Rinconada, Los Símbolos, Bellas Artes, Plaza Venezuela, La California, La Campiña, Av. Libertador, Av. Victoria, Teatros, El Marques, Propatria, San Bernardino, El Junquito, Catia, Petare, Palo Verde, Ruperto Lugo, Las Mercedes, Antímano.
También se han presentado casos de denuncias sobre acoso, persecuciones e intentos de secuestro a mujeres, en centro comerciales de Caracas: Sambil y San Ignacio.
NO HAY CIFRAS OFICIALES
Las víctimas en redes sociales manifiestan su rechazo a denunciar, ya sea por la falta de sensibilización de funcionarios policiales, quienes en algunos casos no les creen, las mandan a sus casas, o las hacen repetir una y otra vez los relatos que, en vez de ayudarlas, las revictimizan.
Además, de que la pandemia y actual confinamiento agravan este tipo de violaciones, también podrían dificultar la movilidad de mujeres a los sitios de denuncia. Sumado a ello, la falta de fe de las víctimas en el sistema de justicia, por los altos índices de impunidad en el país, son situaciones que hacen que las víctimas se cohíban de denunciar formalmente, siendo uno de los obstáculos que impiden que haya cifras oficiales de estos delitos. Por otro lado, el abandono gubernamental que proclama ser defensor de los derechos de las mujeres, pero que desde 2016 no emite cifras de violencia contra la misma.
Las mujeres prefieren denunciar por redes sociales para alertar a las demás
“El Estado no me cuida, me cuidan mis amigas”
El Estado debería comenzar a implementar medidas de seguridad que protejan a las mujeres y eviten este tipo de situaciones, como el de patrullar con mayor presencia estas zonas de alerta. Por otro lado, desde las ONG, reivindicamos la importancia de documentar estas denuncias para continuar exigiendo que se generen políticas públicas y puedan ser identificados los patrones de acoso, agresiones y el perfil de las víctimas.
Exigimos que se publiquen las cifras oficiales de violencia contra las mujeres, para que puedan realizarse políticas públicas con perspectiva de género con énfasis en la prevención de la violencia.
MODUS OPERANDI DEL ACOSADOR
Alerta Morada en Venezuela, se ha venido utilizado en redes sociales para denunciar acoso, agresiones, persecuciones, intentos de secuestro o cualquier otro tipo de violencia contra las mujeres en los espacios públicos.
Las víctimas han denunciado: persecuciones por calles o centros comerciales, donde a veces el hombre que la persigue le dice obscenidades o que no puede irse sin conocerla. Denuncian estar en paradas de autobuses y llega un hombre ofreciéndole la cola; o en alianza con otras mujeres, quienes también esperan en la misma parada, y le ofrecen la alternativa de irse en un carro con un desconocido. Denuncias de hombres que se acercan y abrazan a la mujer, las golpean o le inyectan sustancias soporíferas. Denuncias de hombres que exponen su órgano reproductor y comienzan a tocarse frente a la mujer. O de hombres que intentan tocar la mano de la mujer, dar nalgadas o besarlas.
En los casos de persecución e intento de secuestro se cree que se trata de criminales que buscan mujeres para el tráfico sexual o para la venta de órganos. También hay casos con el objetivo de violarlas y asesinarlas.
EL ACOSO CALLEJERO TAMBIÉN ES VIOLENCIA
“Una sociedad que legitima las formas de violencia a través del machismo, la misoginia, sexismo y prácticas que han estado normalizadas durante tanto tiempo y las vemos como cosas comunes. Mientras la población no esté informada y sensibilizada vamos a estar perpetuando estas prácticas sin poder reconocer que son formas de violencia”. Presidenta ONG Método Wom
Salir con miedo a la calle, no querer regresar tarde, verse obligada a cambiar la forma de vestir, evitar ciertos sitios, también es un tipo de violencia contra la mujer. Ninguna mujer quiere sufrir de acoso sexual callejero, persecución o intento de secuestro.
En Venezuela los piropos se han normalizado, lo que responde a una cultura patriarcal que no había sido asociado como un tipo de acoso, pero lo que se veía como un asunto normal está comenzando a entenderse que es una situación de violencia cotidiana. Las mujeres no deberían tener miedo a salir, ni aceptar a que los hombres les digan lo que quieren.
Desde el año 2018, en Francia el piropo constituye un delito por acoso sexual callejero. Y en otros países como Argentina y Portugal, está penado acosar a las mujeres en las calles. En Venezuela, requerimos la implementación de políticas públicas con perspectiva de género.
En vista de eso, las mujeres están más expuestas a sufrir estos tipos de violencia en los espacios públicos. El acoso callejero es una conducta que hace sentir más expuestas a las mujeres y aumenta el miedo en ellas. En algunos casos, no solo termina en palabras obscenas, sino en persecución, agresión o intento de secuestro. El acoso callejero también es violencia.
SILENCIO DEL ESTADO
Hasta la fecha no ha habido pronunciamiento oficial sobre las diversas denuncias que se han venido realizando por redes sociales, donde las mujeres narran sus historias. No solo en Caracas, sino en el interior del país, muchas sufren estos tipos de violencia e intentos de secuestros que pueden terminar en violación y femicidio, siendo éste el último eslabón de violencia contra las mujeres.
Con Alerta Morada las mujeres exigen al Estado que se haga responsable de garantizar seguridad para la población, especialmente a las mujeres, quienes son más vulnerables a sufrir violencia de este tipo. Para ello, se pide que las calles cuenten con iluminaciones adecuadas y haya más patrullaje policial, sobre todo en esas zonas de alerta. Así como habilitar líneas telefónicas de atención para realizar denuncias de estos casos y se pueda evaluar el modus operandi de los agresores para tomar acciones. Sensibilizar no solo a los funcionarios al momento de tomar las denuncias, sino a la sociedad, especialmente a los hombres para que reconozcan las formas de violencia contra las mujeres.
A falta de políticas públicas y de protección a las mujeres para evitar que sean víctimas de estos tipos de violencia, de una atención adecuada y un debido proceso, que garantice justicia y apoyo, a las mujeres o familiares que ya son víctimas, el Estado se convierte también en violador de derechos.
EL FEMICIDIO ES LA MANIFESTACIÓN MÁS BRUTAL DE UNA SOCIEDAD PATRIARCAL
Mujeres por los derechos, a través de su monitor de femicidios registró 58 casos de femicidios durante el primer trimestre de 2021 en Venezuela. En 2020, la ONG Cepaz registró un total de 212 casos de asesinatos a mujeres por motivo de género.
La impunidad y el silencio estatal, contribuyen a que se continúe la violencia contra la mujer. El acoso sexual callejero e intentos de secuestros se han exacerbado en los últimos meses de 2021, y conociendo solo de las denuncias que han realizado las mujeres por redes sociales, sin contar los casos de mujeres que no lo han hecho público.
Las mujeres viven con miedo, la violencia y la inseguridad las afecta de forma diferenciada, es una realidad, y es hora de que el Estado tome medidas de seguridad para combatir estos tipos de violencia.
ACCIONES MORADAS
Entre las acciones que se han venido realizando y como ha dado a conocer Método Wom, se tiene el registro de las denuncias y las zonas con mayor violencia, a través de un formulario que coloca la ONG en sus redes, para determinar las características de los agresores y el perfil de las víctimas. Aunado a lo anterior, la elaboración de un manual de acción, entre las cuales está la de llevar un silbato, para que al momento en que la mujer este siendo perseguida o acosada accionarlo y de esta manera alertar a todos a su alrededor.
El acoso callejero debe parar.
#UsaUnSilbato para alertar a los demás de la situación en riesgo. Violencias en el espacio público #LaCalleNoEsSegura #SeguridadParaTodas