La importancia de exigir y defender el derecho al agua para mejorar la vida de las mujeres

Marzo resulta ser un mes de gran importancia para la exigibilidad de derechos. Por un lado, se conmemora el día Internacional de la Mujer y por otro, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha elegido este mes para celebrar y destacar la importancia del agua en nuestras vidas. 

 

 

Desde un contexto global y, de acuerdo con lo informado por la ONU, son las mujeres y las niñas las encargadas de recolectar agua en el 80% de los hogares sin acceso a este recurso. Agua que es necesaria para la limpieza, higiene y alimentación familiar, tareas que todavía, mayoritariamente, también están en manos de mujeres. Un dato no menor si se considera que a nivel mundial son más de 2 mil millones de personas las que carecen de servicios seguros al agua potable y saneamiento. Según datos de HumVenezuela, en Venezuela, 82% de la población no recibe agua de manera continua y la que se recibe a veces es de dudosa calidad o no potable. Las redes de distribución no tienen mantenimiento.

 

Las consideraciones anteriores generan consecuencias, directas e indirectas, especialmente para las mujeres como: problemas de seguridad, abortos e infecciones, problemas en el parto, indefensión, trastorno musculo esquelético, menor acceso a la educación y reducción de las oportunidades para obtener ingresos, el acarrear agua ocupa una parte importante de tiempo que podría estar dedicado a otras actividades. Del mismo modo, el consumo de agua contaminada puede ser, entre otras cosas, el responsable de abortos espontáneos debidos a una fuerte infección en el organismo de la mujer. La falta de higiene durante la menstruación también es causa de infecciones.

 

Cargar con litros y litros de agua supone problemas de salud y exposición a las mujeres a peligros relacionados con asaltos y violencia. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), explica que “en los países en desarrollo, atender a los hijos, cuidar a enfermos y ancianos, preparar la comida y buscar el agua y la leña son tareas dominadas por las mujeres. La búsqueda de agua es parte de la desigualdad de género”.

 

Hablar de agua es hablar de mujeres

Para mejorar la vida de las mujeres hay que prestar especial atención a cómo les afecta la falta de agua y la gran importancia que tiene en su vida. Cada vez se acepta más que la mujer tiene un importante papel que desempeñar en materia de gestión del agua y que el mismo se vería reforzado a través de la estrategia de transversalización del enfoque de género. 

 

Cabe destacar un aspecto de crucial interés como la feminización de la pobreza, término que se refiere al aumento de las tasas de pobreza entre las mujeres, principalmente y que tienen que ver con los roles de género, dificultas para acceder a la educación, trabajo digno, entre otros aspectos. En Venezuela, “existe un 60% de feminización de la jefatura, es decir, son hogares unipersonales. En el perfil de la pobreza, se cuenta con un 72,7% de mujeres y una tasa de 32% de actividad femenina, a causa del déficit de ofertas de oportunidades dignas en el ámbito laboral”.

 

Es de vital importancia implicar tanto al hombre como a la mujer en la gestión del agua y el saneamiento, la cual ha sido reconocida en varios niveles: Conferencia de las Naciones Unidas de Mar del Plata en 1977, el Decenio Internacional del Agua Potable y del Saneamiento (1981-1990) y la Conferencia Internacional de Agua y Medio Ambiente de Dublín en enero de 1992, donde se reconoce explícitamente la labor fundamental de la mujer en la provisión, gestión y protección del agua. Se vuelve a hacer referencia a este punto en la Agenda 21 (capítulo 18) y en el Plan de Implementación de Johannesburgo. Más aún, con la declaración del Decenio Internacional para la Acción «El Agua, Fuente de Vida» 2005-2015, hace un llamamiento a la participación e implicación de la mujer en las iniciativas de desarrollo en materia de agua.

 

Experiencias en la región dan cuenta de la importancia de la organización y exigibilidad de las mujeres por sus derechos y obtención de una mejor calidad de vida, es así como en México surgió el Ejército Zapatista de Mujeres por la Defensa del Agua, que exigían agua para sus pueblos mientras protestaban contra las presas del Sistema Cutzamala. También en este país cuatro mujeres han logrado, tras un largo proceso judicial y con amenazas de por medio, que el máximo tribunal condene al Estado por el incumplimiento de derecho humano al agua y al saneamiento, aprobado por la Asamblea de las Naciones Unidas el 28 de julio de 2010 e incluido en la Constitución mexicana.

 

Desde Ambar, la preocupación por el bienestar integral de las mujeres ha sido una constante. Es por eso que la urgencia en políticas sobre el agua no debe obedecer a patrones de diseño, y ejecución con una visión técnica y masculinizada que obvia las necesidades y aportaciones de las mujeres. Hablar de agua es hablar de mujeres. Las diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres determinan cómo los individuos responden a los cambios en la gestión de los recursos hídricos. Implicar a ambos, mujeres y hombres, en las iniciativas de gestión integrada de los recursos hídricos puede aumentar la efectividad y eficiencia de los proyectos.

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